Parece que no pasan las horas. La inquietud, el miedo, la incertidumbre, son muchos de los rasgos que más están caracterizando a los racinguistas en esta tensa espera que falta hasta el domingo.
El "síndrome Reus" o la cagada contra el Barcelona B nos hacen afrontar esta eliminatoria con el respeto suficiente para no echar las campanas al vuelo.
Sabemos cómo estamos los racinguistas, todo lo que se nos pasa por la cabeza. Pero, a dos días para uno de los partidos más importantes de la temporada, me pregunto sobre cómo estarán los verdaderos protagonistas del envite.
Visualizo a Iván Crespo en el sofá de su casa con la tranquilidad propia que muestra en la portería. Veo a Buñuel jugando a la Playstation mientras piensa en lo que les ha dicho Iván Ania en la charla de esta mañana. También veo a Figueras dando ánimos a sus compañeros y haciendo bromas para quitar tensión en el grupo de jugadores que tienen en Whatsapp.
Me atrevo a ver a Óscar Gil yendo de compras a El Corte Inglés o a Olaortúa en el cine, viendo la última película de Los Vengadores.
Visualizo a Castañeda llevando a su hijo a la guardería mientras echa una mirada a los tres años anteriores fallidos y a Cejudo escribiendo a su familia y explicándoles todo lo que se juegan este fin de semana. A Sergio y Mario acudiendo los primeros a entrenar.
Veo a Cayarga y a Enzo con la ilusión de jugar en segunda división y sin ningún miedo al rival. Puedo imaginarme a Segovia celebrando su cumpleaños en familia en un restaurante de la ciudad. Además, a Barral jugando con sus chiquillos y enviando mensajes y chistes para responder a Figueras en el grupo de Whatsaap.
Veo a Ania y a sus colaboradores viendo vídeos del rival y tomando notas mientras cambia opiniones con Negredo sobre cómo afrontar el partido desde la tranquilidad de verse respaldado por una fiel afición. Pienso en Jon Ander en el gimnasio trabajando para recuperarse lo antes posible y transmitiendo mensajes de optimismo a sus compañeros.
Veo a Quique Rivero limpiando su casa con la misma tranquilidad con la que tira un penalti y a Rafa de Vicente y a Nico Hidalgo compartiendo paseo por la playa con su tradicional gracia andaluza.
Veo a Noguera hablando con su familia para ubicarlos el domingo en el estadio y transmitiendo toda la confianza que tiene el equipo.
En definitiva, veo mi nerviosismo como algo normal y común antes de este partido, igual que el resto de racinguistas, a la vez que imagino a una plantilla tranquila, mentalizada y preparada para asumir uno de los mayores retos de su carrera. Es precisamente ese detalle, el que me tranquiliza. Nosotros podemos estar nerviosos pero los jugadores saben lo que tienen entre manos y saben gestionar esta situación. El domingo lo demostrarán en un estadio lleno hasta la bandera. Sólo queda esperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario